El voto electrónico y las herramientas digitales se toman las elecciones democráticas

A medida que avanzan los días y la población mundial aprende a convivir con el COVID-19, los procesos democráticos siguen su rumbo y este 3 de noviembre todos los países fijarán su mirada hacia las elecciones de Estados Unidos 2020 y sus resultados entre Joe Biden y Donald Trump.

Estos acontecimientos ponen sobre la mesa varias dudas en términos democráticos, por ejemplo, ¿Cómo será el proceso en las próximas votaciones o las obligaciones electorales del mundo? Gracias a las dificultades de desplazamiento y contacto que está dejando la pandemia, se deben plantear nuevas maneras de llevar a cabo estos procesos sin poner en riesgo la salud de los ciudadanos. Una de estas alternativas puede ser el voto electrónico.

Precisamente, en Estados Unidos, desde que el Congreso aprobó la Ley de Ayuda a los Estadounidenses a Votar (HAVA) el uso de tecnologías de votación es mucho más constante.

De hecho, se aceleró el declive de las tarjetas perforadas y máquinas de palanca, mientras que el manejo de DRE, Direct Recording Electronic, una máquina de votación electrónica que registra los votos por medio de un visor de boletas provisto de componentes mecánicos o electro-ópticos, se disparó y el crecimiento de las tecnologías escaneadas continuó a buen ritmo, según indicó el Laboratorio de Ciencia de Datos de Elecciones del MIT.

La tecnología también puede dar una solución a las problemáticas de suplantación que aquejan a tantos países a la hora de controlar los eventos democráticos. Esto se puede reforzar por medio de:

• Tarjetas inteligentes para registrar la información personal y sus datos biométricos.
• Sistemas para administrar las bases de datos, cuando la información se almacena y administra digitalmente.
• Información biométrica, como huellas digitales y reconocimiento facial.
• Inteligencia Artificial para generar procesos estadísticos transparentes.

¿Cómo va Colombia con el voto electrónico?

En el país ya se han establecido mandatos de implementación del voto electrónico, tanto por vía de reforma constitucional (Acto Legislativo 01 de 2003) como por vía de ley (Ley 892 de 2004 y Ley 1475 de 2011). Sin embargo, a la fecha no ha sido posible implementar este tipo de alternativas.

No obstante, el desarrollo de aplicaciones y plataformas no se ha detenido en el país. Empresas como Nuvu, tienen una amplia variedad de herramientas que se pueden adaptar a estas necesidades. Una de ellas es la tecnología Paperless, que permite realizar gestiones de trámites y servicios mediante procesos automatizados que eliminan el papel y la presencialidad, apoyado con tecnologías de validación biométrica y procesamiento de lenguaje natural como SingApp.

El ecosistema GovTech es uno de los grandes beneficiados si estas prácticas se llevan a cabo de forma adecuada, ya que una vez se pueda demostrar su transparencia los ciudadanos aumentarán su participación con el voto electrónico y aprovecharán sus beneficios tecnológicos.